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Aún encima de ser mayor, gente muy mayor, timada, estafada, engañada por unos vándalos sinvergüenzas que con traje y corbata,  emulando un estilo más que mafioso se aprovechaban de los ahorros de nuestros abuelos, familiares, vecinos. A estos hijos de la gran puta, que viven en mansiones, rodeados de todo lujo, abanderando una posición social y un estatus que no merecen,  algún día tendrán que pagar sus  robos y algún alguien con un par de cojones los meterá en la puta cárcel que es el único sitio del cual no deben salir en la vida.

Pero más cabreado estoy con ese grupo de inútiles llamados polítiquillos  que abusando de su autoridad en ayuntamientos, se les ocurre la genial ideal de sancionar a los pobres ancianos que se manifiestan a las puertas de los ayuntamientos. A parte de cobardes y mal nacidos aprovecharse de un cargo para hacer estos desmanes con el pueblo, demuestran una vez más que no tienen escrúpulos, ni corazón, ni respeto ni nada, no sé como pueden dormir tranquilos, pero lo hacen.